Uno de cada tres consumidores admite que toma alimentos caducados.
Las familias españolas, después de ajustarse el cinturón en los
gastos de ropa, los viajes en vacaciones o comidas fuera de casa, ahora
se han visto obligados a racionalizar en la compra de alimentación. La
crisis económica y la caída de la renta —con un bajada del 12% desde el
2007— son algunas de las causas por las que la mayoría (61%) de estas
han reducido el consumo y el gasto en productos. Uno de cada tres
consumidores dice que reutiliza, "si no han pasado muchos días", los
alimentos que han sobrepasado la fecha de caducidad, cuando "deberían
desecharse porque han dejado de ser seguros", indica la Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (Ceaccu) con los datos de un estudio realizado a 750 hogares. En él se afirma también que un 71% de los encuestados "compran lo justo y no tiran nada".
Aunque prácticamente todos los españoles (92%) consulta la fecha
marcada en los alimentos, el estudio desvela "importantes carencias" a
la hora de distinguir entre "fecha de caducidad" y "consumo preferente".
Menos confusión hay sobre "consumo preferente", ya que un 81% acierta
sobre su significado, si bien solo una cuarta parte es consciente de
que, aunque no haya riesgo en consumir los productos que superen esa
fecha, sí pierden calidad. "Nos preocupa por un lado lo que supone por
la precariedad y el riesgo para la salud; y en segundo lugar por lo que
revela déficit de información y la confusión que tienen algunos de los
consumidores sobre qué significa que un alimento esté pasado de fecha y
puedo o no puede consumirse", añade Yolanda Quintana, portavoz de la
organización.
Los encuestados por el Ceaccu dedican un 10% más de tiempo a buscar
los productos más baratos que ofrece el comercio. Al año consumen 183
euros menos. Así, el gasto en comidas y bebidas fuera de la casa ha
caído un 0,2%, entre 2011 y 2012. La compra de carne —ternera y cordero—
ha bajado un 4%, el aceite de oliva casi un 5% y la de frutas un 3%.
Según el informe Ceaccu, una de cada tres personas busca las ofertas,
el 23% aprovecha más la comida y el 9% ha reducido el gasto en
alimentación. La crisis económica ha volcado a las familias a ser más
racionales, por lo cual estas prefieren asistir al mercado de abastos o
supermercado pequeño (68%), frente a la gran superficie (8%). En estos
sitios suelen comprar más al peso —73% en el caso de carne, pescado y
fiambre, y 82% en fruta— y en menor medida en bandejas.
En caso de quedar restos de lo que se cocina, el 83% afirma que los
reutiliza —un 50% los conservan para consumirlos otro día y un 33 %
prepara nuevos platos con las sobras—. "Nuestro estudio lo que demuestra
es que ya las familias no tienen ningún margen para reducir aún más sus
gastos en alimentación porque ya los han recortado y racionalizado",
segura Quintana.
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