viernes, 21 de marzo de 2014

El comité de expertos afirma que la sociedad debe asumir la subida del IVA si se quiere crear empleo.

El presidente de la Comisión de Expertos que ha propuesto una reforma del sistema fiscal, Manuel Lagares, ha asegurado que la sociedad tendrá que hacer un examen de conciencia y hacer algún sacrificio, como asumir una futura subida de IVA, si quiere que se cree empleo en España y se pueda ofrecer un puesto de trabajo a los desempleados.
 
Durante su comparecencia en la Comisión de Hacienda del Congreso, Lagares ha dicho que el paro está en un nivel muy elevado que debería llevar a la sociedad a "casi avergonzarse" de la situación, porque sitúa a España muy fuera del nivel que marcan los países más avanzados.
Además, ha señalado que el IVA es un impuesto "neutral" y que, por ese motivo, muchos expertos nacionales e internacionales recomiendan subir este impuesto y bajar la presión fiscal sobre la imposición directa para generar más crecimiento.
Por ese motivo, la Comisión ha planteado su reforma en dos fases, una primera centrada en bajar los impuestos directos y compensar el descenso de la recaudación con cambios en los indirectos, y una segunda fase centrada en bajar "cuatro o cinco puntos" las cotizaciones sociales que pagan las empresas y compensarlo con una subida de IVA de dos puntos.
 
"Para este bloque reclamamos algo de examen de conciencia a la sociedad", ha señalado Lagares, tras explicar que con este cambio la Comisión pretende la devaluación fiscal que todos los organismos internacionales han recomendado a España "persistentemente".
Esta parte de la reforma debería aplicarse en una segunda fase, ya que la situación de la Seguridad Social no lo permite en estos momentos. Tal y como ha calculado la Comisión, este cambio produciría un crecimiento del PIB y del empleo del 0,7% ya en el primer ejercicio y una mejora "apreciable" en la reducción del déficit público.
Antes de poner en marcha la devaluación fiscal, la Comisión propone una primera fase de la reforma basada en una reducción de los impuestos directos con una "fuerte reducción" de los tipos y tarifas de IRPF y Sociedades. Además, contempla un aumento de los mínimos exentos familiares y personales en renta y un impulso a la recapitalización de empresas en Sociedades.
Igualmente, fomenta la coordinación en el Impuesto de Sucesiones y suprime el Impuesto de Patrimonio para no gravar dos veces lo mismo. Según Lagares, casi ningún país tiene un Impuesto al Patrimonio, un tributo que penaliza el ahorro y puede provocar desplazamientos de empresas y familias a otros países.
Para financiar esta bajada fiscal, la Comisión propone eliminar exenciones y bonificaciones en renta y Sociedades, mejorar la lucha contra el fraude con medidas como la supresión progresiva del régimen de módulos o el mayor control patrimonial, una reformulación de los Impuestos Especiales y la reordenación de los bienes y servicios en el IVA, excluyendo siempre los bienes de primera necesidad.
 
Según Lagares, esta primera parte de la reforma supondría una pérdida de recaudación de unos 10.000 millones (1% del PIB) por la bajada de impuestos directos, que se compensaría con un aumento de 10.000 millones (1% del PIB) gracias a las medidas compensatorias. Además, la reforma supondría un aumento de la actividad y el empleo del 0,5% "casi en el primer año" e implicaría, por tanto, una mejora del déficit.

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